Internet física: ¿Logística Reinventada?

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María Jesús Sáenz, Director, ZLC-MIT Scale

¿Qué sucedería si el mundo de la cadena de suministro pudiese simular el “mundo de Internet” y crear una red logística abierta y universal que fuese rentable, eficiente y sostenible a nivel social y ambiental? Ese concepto existe, y se llama Internet física. En la actualidad, la Internet Física es todavía una visión sobre una red logística integral y global, pero hay planes para que se convierta en una realidad para 2050.

Las empresas están constantemente esforzándose por mejorar la efectividad de las redes logísticas que mueven sus mercancías por todo el mundo. Aunque los niveles de rendimiento han aumentado de manera significativa en las últimas décadas, aún les falta mucho para llegar a ser satisfactorios. Por ejemplo, son muchos los contenedores y vehículos de mercancías que operan sin ocupar todo su volumen disponible o están inactivos por retrasos operativos. Con demasiada frecuencia, diferentes alteraciones impiden que los productos lleguen a los mercados de consumo, añadiéndolos a los residuos que inundan muchas redes logísticas.

Con la Internet física se pretende eliminar tales ineficiencias de la misma forma que Internet transformó el flujo de información en todo el mundo.

Antes de la llegada de Internet, las redes de datos estaban muy fragmentadas. La comunicación de datos en las empresas, sobre todo a nivel internacional, era muy cara, lenta y estaba llena de limitaciones de capacidad. Luego llegó la “gran autopista” de la información, que es una metáfora tomada del ámbito del transporte. Esta autopista digital eliminó estas barreras al proporcionar vías estandarizadas para las transferencias de datos de todo el mundo. Con una inversión modesta en equipos, las empresas podían hacer uso de esa autopista. La velocidad y el volumen de flujos de datos aumentaron de manera exponencial, así como la tasa de innovación en la comunicación de datos.

La Internet física es también una “gran autopista” para el transporte y almacenamiento de objetos físicos. Este concepto lo propuso por primera vez Benoit Montreuil en 2011, actualmente es profesor en Georgia Tech (Estados Unidos) y y dirige la catedra de distribución y manipulado de material de Coca-cola . Desde entonces, la idea ha ido ganando adeptos y el III Congreso sobre la Internet Física se celebrará entre el 29 de junio y el 1 de julio de 2016 en Atlanta (Estados Unidos). Se espera que cientos de personas de todo el mundo, en representación de diversos sectores, asistan al evento.

En Europa, la Plataforma Tecnológica Europea sobre Logística (ALICE, por sus siglas en inglés de: Alliance for Logistics Innovation through Collaboration) lanzada por la Comisión Europea en 2013, ha adoptado este concepto y está trabajando para implantar la Internet física en el mundo real en 2050.

Zaragoza Logistics Center (ZLC), en Zaragoza, uno de los fundadores de ALICE, está investigando la colaboración horizontal y los modelos empresariales dinámicos que serán necesarios cuando la Internet física tome forma. La colaboración horizontal requiere que organizaciones logísticas muy distintas entre sí cooperen para aumentar la eficiencia y la sostenibilidad del transporte de mercancías. Para evolucionar hacia una Internet física en el mundo real, los papeles cambiantes de los actores clave se tendrán que integrar, y para conseguir esa integración se necesitarán nuevos modelos empresariales dinámicos.

ZLC también está trabajando con MHI (Material Handling Industry), la asociación de cadenas de suministro y logística para el manipulado de material más grande de Estados Unidos, para promover conceptos y prácticas de colaboración horizontal. MHI ha creado una comunidad con las empresas líderes del sector llamada la U.S. Roadmap for Material Handling & Logistics (Hoja de ruta estadounidense para la logística y el manipulado de material) que está avanzando en el concepto de la Internet física. ZLC y MHI también están llevando a cabo un estudio para identificar posibles sinergias internacionales entre organizaciones. Por ejemplo, parte del estudio es una comparación de las prácticas logísticas horizontales de Estados Unidos con las de la Unión Europea.

No obstante, conseguir apoyo para este concepto es solo el primer paso. Ahora toca construir un sistema logístico global que se base en normas comunes y esté interconectado a nivel internacional.

Para ello, se necesitará un mercado abierto para el transporte de mercancías, así como redes de distribución compartidas, abiertas y configurables. Las mercancías se transportarán en contenedores modulares, normalizados e inteligentes equipados con tecnología “smart” que permitan que cada unidad sea seguida de una manera muy precisa. Los productos tendrán que diseñarse para adaptarse a este tipo de contenedores con el objetivo de obtener importantes ganancias en la mejora de la utilización del espacio y la productividad del tratamiento de mercancías. El diseño de la infraestructura coordinada, como centros de logística compartidos, también tendrá que cumplir con los requisitos del sistema. El aprovechamiento de los logros de las innovaciones tecnológicas como el “Internet de las cosas” resultará también importante, especialmente en áreas como la visibilidad de la cadena de suministro. Y por supuesto, los órganos reguladores y el sector tendrán que desarrollar protocolos internacionales para que el sistema funcione.

Estos desafíos representan un largo camino. El transporte de mercancías a través de una red universal en lugar de muchas redes pequeñas que funcionan de manera independiente es una propuesta muy diferente que evoluciona poco a poco para convertirse en una realidad. Existen limitaciones físicas en la logística de mercancías que no existen en el mundo de las comunicaciones electrónicas. Alcanzar un consenso global en las normas operativas sobre el espacio logístico también representa una dificultad única.

Conseguir el nivel de colaboración necesario para evolucionar hacia una Internet física plenamente funcional exige un cambio profundo en la mentalidad empresarial y administrativa. Para desarrollar la Internet física, las empresas tendrán que redefinir el espacio competitivo y unir fuerzas con otras organizaciones, incluyendo las de su competencia directa.

¿Será posible hacer realidad este sueño? Si se tiene en cuenta lo que Internet ha conseguido y los beneficios que puede aportar la versión física al mundo real, la respuesta es: ¡por supuesto que sí!

No obstante, para superar obstáculos como los mencionados, será necesaria la influencia de organizaciones competentes que abarquen diferentes países y sectores. Estas organizaciones pueden actuar como motores y las primeras en actuar podrían ser empresas del sector privado con un alcance internacional, como Amazon.com o Ali Baba, o entidades de caracter gubernamental. Quizás, un grupo de minoristas que se esté enfrentando a retos similares en la transición empresarial a modelos de cadena de suministro omnicanal podría desempeñar el papel de facilitador de la Internet física. Después de que las primeras organizaciones en actuar tengan efecto, será necesario ampliar los esfuerzos mediante la incorporación de un espectro más amplio de actores.

El sector de la logística ya ha dado algunos pasos pequeños para sentar las bases de la Internet física. Por ejemplo, Amazon.com se ha asociado con el servicio de correo postal estadounidense para entregar sus paquetes los siete días de la semana. Esta asociación horizontal requiere que las empresas se adapten a redes de distribución enormes. Además, Amazon también está redefiniendo el espacio competitivo en el que opera. Incluso algunos de sus minoristas que operan a través de e-commerce han anunciado recientemente planes para abrir almacenes de libros físicos, por ejemplo.

Crear una Internet física requiere un nivel de cooperación y recursos sin precedentes pero es un viaje que merece la pena emprender.