Soluciones de transporte digital para muchos, no unos pocos

Por la Dra. Beatriz Royo, Profesora Asociada y Carolina Ciprés, Directora de Investigación de ZLC.

El confinamiento en toda Europa debido a la COVID-19 nos ha mostrado lo mucho que dependemos de la movilidad, tanto a nivel personal como de consumo. Con la limitación del transporte privado, el transporte público reducido o suspendido, alternativas como taxis, vehículos compartidos y Uber disuadidos o prohibidos, y la escasez de franjas horarias para la entrega a domicilio, nuestro mundo se reduce a la distancia que podemos recorrer a pie y nuestras provisiones a lo que podemos portar nosotros mismos hasta casa.

Pero para millones de personas, incluso en los países y ciudades más ricas, esta es la tónica habitual. Por diversas razones, acceder al transporte es difícil o imposible. Y, a pesar de que las tecnologías digitales prometen una movilidad simple y sin contratiempos para el “viajero conectado”, en la práctica, los mismos grupos a los que actualmente no se les facilita el uso del transporte público, aunque son los que más lo necesitan, son a menudo excluidos en estas soluciones también.

Un equipo de ZLC forma parte de un nuevo proyecto de 3 años de duración que está financiado por la Unión Europea en el marco de Horizonte 2020 que pretende abordar este problema de frente. INDIMO (Soluciones de Movilidad Digital Inclusivas) reunirá a usuarios de movilidad urbana, operadores de transporte, desarrolladores de tecnología y legisladores para garantizar que los futuros desarrollos de transporte y movilidad sean realmente accesibles para todos los grupos excluidos actualmente.

La legislación europea ya establece criterios de accesibilidad en la infraestructura del transporte. Físicamente, ha sido bien aplicado: autobuses y trenes adaptados para las sillas de ruedas, señalización en Braille, etc. Pero los mismos principios deben aplicarse a la forma en que los usuarios descubren, planifican, pagan y acceden a las diversas soluciones de movilidad, cada vez más digitales.

Esto no aplica solo a las redes de autobuses, trenes y tranvías tradicionales, sino a alternativas como el uso compartido de coches y bicicletas o el alquiler de motos eléctricas, así como a las entregas a domicilio y otros métodos de recepción de mercancías.

Las oportunidades de movilidad han mejorado enormemente gracias a la tecnología digital, pero hay un problema. Las soluciones digitales tienden a hacer una serie de suposiciones clave como que los usuarios tienen acceso a un teléfono inteligente, una conexión a internet decente, cierto nivel de alfabetización digital, una tarjeta de crédito u otro método de pago electrónico y, por supuesto, que esos servicios son asequibles y están disponibles en el área residencial de los usuarios.

Para muchos usuarios potenciales, la realidad no es así. En algunas áreas, el 42% de la población no dispone básicamente de competencias digitales (y se cree que hay 80 millones de personas en Europa que nunca han utilizado Internet).

¿Quiénes son estos usuarios excluidos? Se dividen en diferentes categorías. Hay residentes con bajos ingresos quienes obviamente no pueden permitirse automóviles privados y carecen de los recursos financieros necesarios para obtener una tarjeta de crédito, pagar una cuota telefónica o dejar un depósito para, por ejemplo, el alquiler de una moto eléctrica.

Los residentes de zonas rurales se pueden encontrar con un servicio deficiente o inexistente como por ejemplo un único autobús semanal, retrasos en las entregas a domicilio o directamente carecer de estos servicios. Además, pueden encontrarse ubicados en zonas problemáticas para la conexión a internet. Las personas mayores y menos formadas pueden carecer de conocimiento y confianza a la hora de usar herramientas digitales. Las mujeres, en particular, pueden tener miedo y desconfiar de servicios que requieran revelar su ubicación y movimientos. Las personas con discapacidades físicas, desde visión reducida hasta problemas de psicomotricidad, pueden tener dificultades para usar teléfonos inteligentes y para cruzar a la parada del autobús. Las minorías étnicas y los inmigrantes en particular, pueden no entender el contexto local y geográfico del sistema de transporte. (No solo los inmigrantes, sino los turistas también. Intenta visitar una ciudad desconocida y averiguar cómo pagar el billete de metro o relacionar el plano del metro con la geografía exterior de la ciudad).

INDIMO utilizará un proceso de co-creación entre las partes interesadas para crear una herramienta de Movilidad Digital Inclusiva que guíe a los legisladores, desarrolladores y operadores en la creación de un sistema digital universal, accesible y personalizado para el acceso a la movilidad. Esta caja de herramientas incluirá un Manual de Diseño Universal para servicios digitales de transporte, el desarrollo de un Lenguaje Universal basado en un interfaz de iconos, una herramienta para ayudar a evaluar las políticas en este ámbito y unas directrices para la ciberseguridad y la protección de datos personales. Esta es una de las áreas en las que ZLC estará especialmente involucrado, importando nuestra experiencia en el ámbito de la seguridad en la cadena de suministro. Fundamentalmente, INDIMO desarrollará la seguridad cibernética desde el principio y no la agregará como una solución posterior.

ZLC también coordinará la implementación y prueba de las herramientas para la movilidad digital, de los cuales se ha identificado una amplia gama. Algunos de ellos son novedosos; otros ya existen, pero deben ser más accesibles. Los ejemplos incluyen taquillas de entrega inteligentes, semáforos inteligentes, sistemas informales de viajes compartidos, plataformas de ciclovías éticas, planificación de rutas multimodales y viajes compartidos bajo demanda.

Cinco proyectos piloto se ejecutarán en áreas seleccionadas para resaltar las necesidades de determinadas categorías de usuarios vulnerables y desfavorecidos. En Emilia-Romagna, Italia, hay una alta proporción de residentes de avanzada edad que carecen de habilidades digitales, sufriendo las consiguientes dificultades para enviar y recibir paquetes.

En Amberes, se abordarán los problemas a los que se enfrentan las personas con dificultades físicas en la calle, con una aplicación para detectar los flujos de tráfico y aumentar los tiempos de permanencia en los pasos de peatones y permitir así que las personas mayores y los más vulnerables crucen de manera segura, al tiempo que se mejoran los flujos de tráfico. En Galilea, Israel, es difícil encontrar un lugar donde estacionar el automóvil, muchas personas mayores no tienen acceso a los automóviles, y los residentes en áreas aisladas, en particular las mujeres árabes, se enfrentan a diversos inconvenientes para acceder al transporte.

Mientras tanto, el piloto de Madrid buscará formas de ampliar la disponibilidad de la comida a domicilio (desde los restaurantes más elegantes hasta los de comida rápida como McDonalds) mejorando la forma en que los ancianos, a menudo viviendo solos y no cocinando demasiado, acceden a dichos servicios. Es probable que este piloto, en concreto, aprenda mucho de la práctica y la experiencia en la crisis actual, y el conocimiento y la experiencia de ZLC en logística urbana serán especialmente relevantes aquí. El quinto piloto en Berlín investigará cómo los servicios de uso compartido de vehículos pueden ser más accesibles para las personas mayores y las minorías étnicas.

La inaccesibilidad a la movilidad es uno de esos factores, como el de la escasez de habilidades digitales, que tiende a ampliar la brecha entre las personas. Si tiene éxito, la herramienta de INDIMO desempeñará un papel muy importante no solo en aumentar la libertad de las personas desfavorecidas sino también en reunirlos a todos y hacer de altavoz para desempeñar roles activos en nuestra sociedad. Además, como derivada, les permitirá favorecer con confianza modos de transporte más benignos con el medio ambiente.

Para más información, contactar con Beatriz Royo, Profesora Asociada en ZLC [email protected]