Dibujando una hoja de ruta para las tecnologías logísticas del futuro

Por Dra. Teresa de la Cruz, Gestora de proyectos en ZLC.

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A finales de 2020 escribí aquí sobre la participación de ZLC en el ambicioso y (literalmente) de largo alcance proyecto PLANET financiado por la Comisión Europea. El objetivo de PLANET es identificar formas de acelerar la adopción de conceptos de la Internet física en el transporte y la logística, tanto en Europa como en las conexiones con el resto del mundo. El proyecto es multifacético y reúne los resultados de proyectos anteriores de ALICE (la Plataforma Tecnológica Europea en Logística) en muchos de los cuales ZLC ha estado involucrado, demostraciones nuevas y en curso en ‘Living Labs’, y otras investigaciones e innovaciones.

El desafío es identificar cómo las diferentes tecnologías, casos comerciales y estándares interactuarán y deberían interactuar con los cambios en los patrones y rutas comerciales, y cómo informar de ello a la política y la práctica para que la red de corredores TEN-T identificada actualmente que une las principales fuentes, destinos y los puertos de entrada/salida de mercancías de toda Europa puedan transformarse en una red europea global de transporte y logística o EGTN, inteligente, ecológica e integrada. Una EGTN bien desarrollada no solo contribuirá a la prosperidad económica, sino que también garantizará que el transporte y la logística contribuyan a objetivos ambientales y sociales más amplios, desde eliminar el carbono y otras emisiones, hasta servir mejor a las llamadas, con bastante rudeza, «regiones menos desarrolladas».

Aunque existe cierta urgencia en esta tarea, acentuado por el cambio climático, la naturaleza y los plazos asociados con la infraestructura logística hacen que PLANET deba mirar mucho más a futuro, por lo que algunos de sus hallazgos pueden ser más especulativo que otros. No obstante, hay dos hilos principales que se deben seguir para producir una guía sólida hacia la creación de capacidades apropiadas y capacidades en la EGTN. Al trabajar con estos, es importante que todas las partes interesadas (innovadores, proveedores y usuarios de logística y transporte, comunidades sociales, legisladores) tengan reflejadas sus opiniones, necesidades y prioridades.

En primer lugar, están las consideraciones geoeconómicas. Más allá del “ruido” a corto plazo de las perturbaciones políticas y de otro tipo, hay desarrollos a más largo plazo que se pueden predecir con cierto grado de confianza y que probablemente tendrán un impacto significativo en la forma de la TEN-T a medida que se transforma en la EGTN. Estos incluyen las iniciativas de la ‘Nueva Ruta de la Seda’ que desarrollan varias rutas desde China y el Lejano Oriente hacia Europa y más allá; en segundo lugar y lamentablemente, la creciente viabilidad de las rutas marítimas del Norte, a través del Océano Ártico, como resultado del calentamiento global; y en tercer lugar, el desarrollo de un corredor Norte-Sur que conecte Europa a través de la Península Ibérica con el norte de África y más allá. Estos tienen diferentes impulsores y escalas de tiempo, pero es probable que todos tengan impactos bastante fundamentales, y será complejo interconectar y reconfigurar de manera eficiente las infraestructuras existentes y nuevas para reflejar estos desarrollos geopolíticos.

ZLC es responsable del segundo capítulo, que implica la creación de hojas de ruta para el desarrollo y la adopción de tecnologías nuevas, emergentes y disruptivas que pueden permitir la transición al paradigma de la Internet física y que pueden tener ramificaciones no solo físicas sino también comerciales, legales y de otro tipo.

Es importante tener en cuenta que la ‘Internet física’ no es una sola tecnología: existe una tendencia a visualizar la Internet física en términos de un nuevo sistema de unidad de carga modular por analogía con los ‘paquetes’ de información en la Internet digital, pero esto es sólo una y no necesariamente la más importante de las tecnologías relevantes.

Otras tecnologías que debemos considerar incluyen blockchain y su uso, por ejemplo, en “smart contracts”. La aplicación del aprendizaje automático y la inteligencia artificial al transporte de mercancías y la logística será claramente importante. Los vehículos autónomos ya son una realidad dentro del almacén y pronto podrían tener aplicaciones más amplias. El uso de drones, especialmente en áreas remotas, es muy discutido. La impresión 3D y otras rutas de fabricación novedosas pueden permitir que la producción se acerque más a los clientes: claramente, esto tendría un impacto significativo en las rutas, los volúmenes y las distancias para el transporte de mercancías; si tales cambios son necesariamente beneficiosos es otra cuestión.

Hay interconexiones importantes entre algunas de estas innovaciones que deben mapearse, y también sus relaciones con tecnologías habilitadoras como las comunicaciones 5G, Internet de las cosas (IoT) y EGNOS, el sistema de posicionamiento y navegación por satélite de Europa. Estas interdependencias significan que es importante no solo mapear trayectorias para tecnologías individuales, sino también mapear secuencias para una adopción exitosa y eficiente.

También hay, como se mencionó, posibilidades más especulativas y necesariamente a más largo plazo. Un nuevo sistema de carga modular es uno; también existe la tecnología Hyperloop. Esto último puede parecer ciencia ficción, pero ya existen demostradores (algunos respaldados por fondos “seedcorn” de la Comisión Europea) y si estamos trazando una hoja de ruta para potencialmente medio siglo o más, estas potencialidades no pueden ignorarse. (Puede ser, por supuesto, que otras tecnologías aún por desarrollar, puedan surgir en esa escala de tiempo).

Algunas de estas tecnologías ya han sido ampliamente adoptadas, aunque de manera descoordinada. Otros han sido o están siendo demostrados, por ejemplo, en los ‘Living Labs’ de PLANET y otros proyectos europeos. Aquí, al menos los KPI tentativos y otras métricas están disponibles. Evaluar el potencial de otras tecnologías tiene una base menos segura: los hyperloops, por supuesto, aún no se han utilizado en un entorno comercial; la adopción de drones a escala depende de los cambios en las leyes y reglamentos; y la impresión 3D hasta ahora se limita en gran medida a situaciones especiales que ofrecen poca orientación general. No obstante, estamos tomando los datos que existen en bruto, junto con opiniones y predicciones razonadas e informadas, para simular el impacto probable de estos desarrollos en los requisitos, redes y prácticas de transporte existentes y para crear casos genéricos de uso y beneficio. Estos, a su vez, deberían sugerir prioridades para los responsables de la formulación de políticas, los inversores (públicos y privados), los operadores y los clientes.

Buscaremos la validación (o no) de nuestros pensamientos iniciales a través de talleres con grupos de partes interesadas, probablemente dentro de aproximadamente un año, y nuestros hallazgos podrán incorporarse luego a las hojas de ruta emergentes de más alto nivel para la transformación TEN-T/EGTN.

Mientras tanto, para obtener más información sobre PLANET, visite www.planetproject.eu